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Los límites planetarios y la agrovoltaica
Este mes abordamos cómo los límites planetarios, definidos por el Instituto de Resiliencia de Estocolmo, pueden orientar estrategias sostenibles sin desestabilizar el planeta. La agrovoltaica, al combinar agricultura y energía solar, surge como una solución que impacta positivamente en al menos siete de estos límites, como el cambio climático, uso de agua dulce y biodiversidad. Esta sinergia permite optimizar recursos, reducir emisiones y fortalecer la resiliencia ambiental y comunitaria.
ABRIL
Valeria Amezcua Santillán
4/21/20252 min read


¿Cómo delimitar el “espacio seguro” bajo el cual puede desarrollarse la humanidad sin arriesgarse a desestabilizar el planeta del cual depende para sobrevivir?
Para responder a esta pregunta, el Instituto de Resiliencia de Estocolmo definió en 2009 los 9 límites planetarios que debemos tomar en consideración cuando estamos diseñando una estrategia o políticas de sostenibilidad:
1) Cambio climático, 2) Contaminantes, 3) agotamiento de ozono estratosférico, 4) Carga de aerosoles,
5) Acidificación de los océanos, 6) Ciclo biogeoquímico, 7) Uso de agua dulce, 8) Cambios en el uso de tierras, y
9) Integridad de la biosfera.
Conocer estas definiciones nos ayuda a evitar caer en posibles soluciones para un límite en específico, que puedan tener repercusiones colaterales en alguno de los otros. Lo ideal, sería diseñar estrategias que contribuyan a mejorar dos o más límites simultáneamente.
A continuación, se comparte cómo la AGROVOLTAICA puede representar una solución multipropósito que refuerce la resiliencia de al menos 7 límites planetarios:
Cambio Climático: la generación de electricidad fotovoltaica nos ayuda a mitigar los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.
Acidificación del océano: la acidificación del océano es una consecuencia directa del cambio climático por lo que, el desarrollo y fomento de fuentes de energía amigables con el ambiente, disminuirá ambas problemáticas.
Cambio de uso de suelo: el uso de suelo está en constante competencia entre la satisfacción de las necesidades de la sociedad y la preservación de los ecosistemas, por lo que, el uso de sistemas agrovoltaicos permitiría eficientar el uso del suelo al darle un doble propósito, tanto para cultivar alimentos como para generar electricidad.
Uso de agua dulce: electrificar las actividades del sector agropecuario facilita la incorporación del riego tecnificado, con el cual se puede reducir hasta en un 80% el consumo de agua para actividades de riego. En México el sector agropecuario consume 76% del agua dulce.
Ciclos biogeoquímicos del fósforo y nitrógeno: los ingresos económicos adicionales por la venta de electricidad pueden ayudar a los agricultores a migrar a esquemas de agricultura regenerativa y reducir el uso de fertilizantes inorgánicos.
Contaminantes: los ingresos económicos adicionales por la venta de electricidad pueden ayudar a los agricultores a migrar a esquemas de agricultura regenerativa y reducir el uso de pesticidas tóxicos.
Integridad de la Biodiversidad: los sistemas fotovoltaicos instalados a ras de piso en zonas verdes, tienden a utilizar agroquímicos (como el glifosato) para evitar el crecimiento de hierbas y así, reducir los costos de mantenimiento para los captadores solares; esto afecta tanto a la salud humana como a la flora y fauna locales.
La agrovoltaica es la alternativa que permitirá aprovechar la tecnología fotovoltaica en sinergia con el sector agroalimentario para ofrecer soluciones viables y atractivas para las diversas necesidades ambientales, así como beneficios sociales y económicos para el sector rural.
Referencia: SEMARNAT
https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries.html